Ejercicios de motricidad gruesa dependiendo su edad

No compares a tu bebé con otros, mejor ayúdalo a desarrollar su motricidad gruesa dependiendo la edad que tenga.

El desarrollo psicomotor es la ganancia de habilidades que van teniendo los niños de forma continua durante la infancia. Es cuando las estructuras nerviosas, como el cerebro, la médula espinal, nervios y músculos, empiezan a madurar. Para que un niño se desarrolle plenamente deben existir varios factores, entre ellos la maduración correcta del sistema nervioso central, de los órganos de los sentidos y sobre todo de un entorno psicoafectivo adecuado y estable. Es por esto que te explicamos la importancia de que tu hijo desarrolle la motricidad gruesa y con qué ejercicios estimularlo.

¿Sabes qué es la motricidad gruesa?

El proceso del desarrollo es el mismo en todas las personas, lo que puede variar es la velocidad y el tiempo de aprendizaje entre cada niño. No te preocupes si tu hijo se tarda un poco en dominar ciertas habilidades. ¡No es un retraso! Existe un periodo de semanas o meses de diferencia de aprendizaje y es completamente normal. No compares a tu bebé con otros. En caso de dudas, corre con el pediatra.

Warning

El medio ambiente, el potencial genético y el carácter de cada niño son elementos que influyen en su desarrollo. Un retraso cronológico en la aparición o en la falta de adquisición de una habilidad puede ser signo de alarma. ¡Ponte alerta! Atenderlo a tiempo va a permitir se desarrollo adecuado.

Algunas factores que favorecen un óptimo desarrollo son: el vínculo mamá e hijo, la estimulación sensorial óptima y una buena nutrición. La lactancia materna, si bien no es esencial para el desarrollo psicomotor, si es un facilitador del vínculo, de la estimulación y de la neuronutrición que se ha visto tiene un impacto importante en el neurodesarrollo.

Desarrollo de la motricidad gruesa

La motricidad permite que los niños se relacionen con su entorno. Son las habilidades motoras en donde están implicados el movimiento y la coordinación de músculos como brazos y piernas, así como de otras partes grandes del cuerpo. En conjunto con las habilidades motoras finas, dan como resultado la coordinación. Para lograr movimientos motores gruesos se requiere control de la postura. Algunos ejemplos son sostener la cabeza, sentarse, pararse, caminar, correr, nadar, etc. Estos movimientos se van desarrollando en los primeros años, pero los más llamativas son seis, que deben seguir cierto patrón según la edad:

• Se sienta sin ayuda: la mayoría lo hace a los 6 meses, pero es posible que lo hagan desde los 3.8 a los 8.4 meses.

• Se para con ayuda: La mayoría lo logra a las 7.6 meses, pero es posible que lo hagan desde los 5.2 a los 10.5 meses.

• Gateo con brazos y piernas: La mayoría lo logra a las 8.5 meses, pero es posible que lo hagan desde los 5.8 a los 12 meses.

• Camina con ayuda: La mayoría lo logra a las 9.2 meses, pero es posible que lo hagan desde los 6.6 a los 12.4 meses.

• Se para solo: La mayoría lo logra a las 11 meses, pero es posible que lo hagan desde 7.7 a los 15.2 meses.

• Camina solo: La mayoría lo logra a las 12.1 meses, pero es posible que lo hagan desde los 9 a los 16 meses.

Por otro lado: ¿Qué es la motricidad fina y la motricidad gruesa?

Recomendaciones

Algunas recomendaciones de la UNICEF para favorecer el desarrollo de la motricidad gruesa son las siguientes:

0-3 meses

1. Recuéstale boca abajo sobre una superficie firme y extiende sus brazos. Llama su atención con un objeto brillante o mediante sonidos graciosos.
2. Recuéstale boca arriba. Toma suavemente sus brazos y levántalo hasta sentarle. Sostenlo con firmeza y recuéstalo de lado para que se incorpore otra vez.
3. Boca abajo, sobre una superficie dura y apoyado en sus antebrazos, acaricia su espalda o pasa tus dedos a los lados de su columna vertebral, bajando desde el cuello hacia la cadera.

4 a 6 meses

1. Acuéstalo boca abajo sobre una superficie dura. Colócate detrás y llama su atención con un juguete, intentando que gire hasta quedar boca arriba.
2. Ponlo a gatas y coloca debajo una toalla o cobija enrollada. Muéstrale un juguete para que intente tomarlo hasta que se apoye en una sola mano.
3. Siéntalo con la ayuda de varios cojines para evitar que se vaya de lado.
4. Al cambiarle el pañal, frota sus pies uno contra el otro y juega con sus manos ayudándole aplaudir y a tocarse la cara. Lleva sus manos hacia su boca y sus ojos para que las vea.
5. Lleva una de sus piernas hacia su estómago y sostenla con tu mano presionando el pie. Haz esto con los dos pies y manos.
6. Si ya empieza a sentarse por sí solo, enséñale a usar las manos para detenerse y apoyarse en el piso.

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7 a 9 meses

1. Siéntalo en el suelo con las piernas y los brazos extendidos, sin que apoye las manos en el piso. Empújalo ligeramente por los hombros hacia los lados, tratando de que use sus manos para no caerse.
2. Pon a tu bebé a gatas. Puedes ayudarle a separar el abdomen del piso con una almohada, una toalla o un trapo enrollado. Llama su atención para que se desplace en esa posición hacia ti.
3. Si aún no gatea, acuéstalo en el suelo, boca abajo, y pon un rebozo ancho debajo de su pecho y vientre. Levántalo para que apoye sus manos y rodillas y se acostumbre a gatear.
4. Siéntalo en el suelo, muéstrale un juguete y trata de que vaya hacia ti gateando.
5. Mientras está a gatas, muéstrale un juguete y trata de que lo agarre para que se apoye con una mano.

10 a 12 meses

1. Cuando tu bebé empiece a pararse, sujétalo de las caderas y separa sus pies para que esté bien apoyado.
2. Enséñale a ponerse de pie: primero ponle de rodillas y permítele agarrarse de ti o de algún soporte. Después, ayúdale a adelantar y apoyar un pie y luego el otro.
3. Enséñale a sentarse. Pon un mueble para que pueda detenerse y frente a tu bebé coloca un juguete en el suelo. Ayúdale a ponerse de cuclillas.
4. Ayúdale a dar sus primeros pasos. Sujétalo con las dos manos, luego con una sola y pídele que camine. Revisa este ejercicio para mejorar su motricidad gruesa
5. Ponlo de pie y anímalo a caminar. Pon un juguete a cierta distancia para que vaya hacia éste. ¡Premia su esfuerzo!

12 a 18 meses

1. Siéntalo en el piso y ofrécele un juguete para que se levante y lo tome. De ser necesario, ayúdalo hasta que sea capaz de hacerlo por sí solo.
2. Jueguen a agacharse y levantarse, diciendo: “ahora somos chiquitos, ahora somos grandotes”.
3. Coloca varios juguetes en el suelo y pídele que los recoja y los guarde; si no lo logra, ayúdale.
4. Siéntalo en el suelo, colócate a su espalda, empújalo suavemente en diferentes direcciones; ayúdale para que no pierda el equilibrio y se mantenga sentado.
5. Permite que conozca el lugar donde viven, procura tener un espacio seguro para jugar libremente y estimúlalo a llevar sus juguetes de un lado a otro.
6. Amarra un carrito de plástico y enséñale a que lo jale caminando hacia atrás.

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18 a 24 meses

1. Enséñale a patear una pelota.
2. Jueguen a saltar desde alturas pequeñas, como un escalón.
3. Estimúlalo para que aprenda a subirse a los muebles, cuidando que no se lastime.
4. Si es posible, enséñale a subir escaleras. Ayúdale tomándole una mano. Anímalo a subir y bajar. Siempre que lo haga debe estar acompañado.
5. Amarra un carrito y enséñale a jalarlo caminando hacia atrás. Sin duda le ayudará para desarrollar la motricidad gruesa
6. Inventen juegos para que salte, camine, corra, o se pare de repente. Pongan música para bailar juntos. Escuchen canciones que le permitan coordinar los movimientos de su cuerpo con la letra.

Algunos tips extra…

  • Hagan estas actividades en un ambiente tranquilo y seguro, diariamente o por lo menos tres veces a la semana.
  • Repite las series de ejercicios por lo menos cinco veces.
  • Participen tu y tu pareja o aquellas personas encargadas del cuidado diario en la estimulación de los niños.
  • Acompaña las actividades con música, canciones, rimas y juegos.
  • No fuerces su respuesta si no quiere hacer los ejercicios.
  • Siempre premia o festeja los resultados obtenidos.