Te damos las mejores estrategias para actuar ante los berrinches y qué errores estás cometiendo que están empeorando su comportamiento.
Los berrinches son una respuesta reflejo ante una situación frustrante; es decir, se presenta cuando algo no es como deseamos. Algunos niños aprenden que pueden usarlos como un recurso para conseguir algo que quieren y se les ha negado, captar la atención de quienes le rodean u obtener control de una situación.
¿Qué hacer ante los berrinches?
- Cálmate, tómalo de la mano y llévalo a su habitación. Si intenta salirse, regrésalo tranquila y firme (sin enojo ni golpes), y dile que debe esperar ahí mientras se le pasa el enojo
- No le des lo que quiere, por lo menos, durante los berrinches o inmediatamente después. Si lo va a obtener, que sea mostrando un comportamiento adecuado
- Evita desesperarte, darle demasiada atención o ceder ante sus deseos; si se da cuenta de que este arrebato le sirve para lograr sus objetivos, nunca va a desaparecer
- No te sobresaltes, pues lo aprovechará para su beneficio
Estrategias de modificación de conducta
Los cambios de comportamiento tienen como objetivo desarrollar las potencialidades de nuestros hijos, para que adopten actitudes y conductas correctas. Pero a veces las técnicas que elegimos para lograrlo no son las mejores. A continuación, una lista con los medios más recurridos.
Educar con las patas
Es un término que se usa para representar la educación basada en acciones, es decir, dejar de pedir por favor y de gritar, y dedicarme a hacer. Las formas más comunes en que se presenta este tipo de correcciones, en especial ante los berrinches, son:
Castigo aversivo: Se basa en infringir una sanción física –como las nalgadas– para mantener el orden. No es recomendable, pues esta agresión seguramente provocará otra, además de que generará resentimiento.
Retiro del afecto: Usar la manipulación para modificar conductas tampoco es aconsejable, ya que puedes herirlo emocionalmente. Por ejemplo: “Si haces eso ya no te voy a querer”, o “Si te sigues portando de esa manera, te vas a quedar solo”. Es uno de los métodos más comunes usados por los padres, ante los berrinches.
Retiro de privilegios: A través de este sistema aprenderá que debe cubrir algunos requisitos (cierto grado de obediencia, responsabilidad y respeto hacia los demás), para hacerse acreedor a algunas concesiones.
Tiempo fuera (time out): Consiste en apartar al niño con tranquilidad y firmeza de la situación de conflicto, cuidando que se quede en un espacio despejado al que esté acostumbrado, y evitando uno que implique encierro u oscuridad, o le produzca temor. El tiempo recomendado para que se calme es un minuto por año de vida. Este método debe ser empleado sólo para actitudes particulares
Reforzamiento positivo: Se centra en fortalecer los comportamientos deseables:
- Afectivo: Otorgar un estímulo emocional y psicológico al tener acciones acertadas, como una frase de aliento, una palmada, etcétera
- Material: Hacer la promesa de que obtendrá algún bien, si alcanza ciertas metas y tiene el comportamiento deseado
- Indirecto: Hablar bien de ellos cuando estén presentes
- Registro conductual: Colocar un listado de las actitudes que quieres que repitan en un lugar accesible para que lo vean
Estrategia del pasaporte
En ésta los padres establecen condiciones que tienen como consecuencia la realización de una actividad o la obtención de la cosa que los hijos desean. La típica táctica de: “Puedes comer un dulce si te acabas las verduras. Si no, no”.
OCASIONALMENTE LOS LÍMITES pueden romperse. Estoy convencido de que no es lo mismo saltárselos algunas veces, que ponerlos de vez en cuando. Los niños no son tontos y pueden aprender que el hecho de que “ocasionalmente” se quiebre alguno, no significa que sea de forma permanente.